Los seres humanos son criaturas inherentemente sociales. Hasta donde podemos saber, los humanos han viajado, cazado y prosperado en grupos gracias a sus conexiones sociales. Los humanos que se separaban de su tribu solían sufrir graves consecuencias. Los grupos sociales nos proporcionan una parte importante de nuestra identidad, y más que eso, nos enseñan un conjunto de habilidades que nos ayudan a vivir nuestras vidas.
Sentirse socialmente conectado, especialmente en un mundo cada vez más aislado, es más importante que nunca. Los beneficios de la conexión social no deben pasarse por alto.
Las conexiones sociales son las relaciones que tienes con las personas que te rodean. Pueden ser cercanas, como la familia, los amigos y los compañeros de trabajo, o más distantes, como las personas que conoces de forma casual. Pueden estar tan cerca como la puerta de al lado o tan lejos que sólo te conectas con ellos por teléfono o a través de Internet.
Tu red de relaciones puede ser grande o pequeña. Uno o dos familiares o amigos cercanos pueden ser todo lo que necesitas para sentirte apoyado y valorado. Tanto si tu círculo es grande como si es pequeño, lo importante es que estéis ahí los unos para los otros.
La resiliencia, es decir, la capacidad de recuperarse tras situaciones de estrés, se refuerza cuando se da y se recibe apoyo. Establecer relaciones positivas con la gente puede marcar la diferencia en el grado de resiliencia. Intenta relacionarte con personas que tengan una visión positiva y puedan hacerte reír y ayudarte. Cuanto más positivas sean tus relaciones, mejor podrás afrontar los retos de la vida.
El apoyo que recibes de tus contactos sociales puede aumentar tus sentimientos de sentido y propósito en la vida. Esto, a su vez, aumenta tu capacidad de recuperación. Las personas felices y resilientes tienden a estar más conectadas con las personas que las rodean. Las personas resilientes saben que pueden confiar en la fuerza de su familia y sus amigos cuando las cosas se ponen difíciles.
Recuerda que dar apoyo es tan importante como recibirlo. Tú cuentas con tus contactos sociales para apoyarte, pero ellos también cuentan contigo. Pregunta a los demás por sus familias, trabajos e intereses, y ayúdales cuando puedas. No te centres siempre en tus retos ni hables de ti mismo. Sepa cuándo es el momento de escuchar o simplemente disfrutar de la compañía de sus amigos. Dar apoyo a los demás crea los vínculos sociales que te ayudan a ser resistente.
Hay muchas maneras de empezar a establecer relaciones positivas:
- Invita a un amigo que te haga reír y vayan a ver una película divertida.
- Envía un correo electrónico o un mensaje de texto alentador a alguien que esté pasando por un momento difícil.
- Busca una comunidad religiosa que comparta tus puntos de vista. Puede que también tenga sus propios grupos sociales organizados.
- Llama a un banco de alimentos o a un hospital y pregunta por sus programas de voluntariado.
- También puedes ponerte en contacto con gente a través de las redes sociales en Internet. Mucha gente se relaciona más libremente con personas a las que no puede ver cara a cara. Los foros en línea sobre intereses específicos pueden ser una buena opción para las personas que no pueden salir de casa o son tímidas o cohibidas.