Las habilidades emocionales están íntimamente relacionados con el rendimiento. Este rendimiento sería óptimo si preparásemos un cóctel con un 25% de habilidades puramente técnicas o duras, un 25% de habilidades cognitivas y un 50% de todas aquellas competencias que demuestren inteligencia emocional. En esta ecuación la inteligencia emocional es dos veces más importante que todos los demás elementos.
Este llamado reino emocional incluye el conocimiento, actitudes y habilidades necesarias para reconocer y controlar las emociones y comportamientos; establecer y mantener relaciones positivas; tomar decisiones responsables y resolver situaciones difíciles. En última instancia, ser capaz de establecer y lograr objetivos positivos.
¿Qué son las habilidades emocionales?
La habilidad emocional es la capacidad de sentarse con nuestras emociones y procesarlas de forma lógica. Ser capaz de manejarlas. Saber dar un paso atrás mentalmente y observar nuestras emociones y el papel que pueden jugar en futuras acciones. Detenerse y considerar si lo que sentimos es racional o no, si servirá para algo o empeorará una situación determinada.
La emoción es ese fuerte sentimiento derivado de una determinada circunstancia, el estado de ánimo o las relaciones con los demás. Es sentir amor, telepatía, conexión, vulnerabilidad, comprensión. Una empatía genuina sentida emocional y físicamente.
Estas habilidades se relacionan con la madurez emocional ya que un adulto debe ser capaz de razonar y no actuar de forma precipitada.
¿Cuáles son las habilidades emocionales?
¿Qué significa ser adulto o “maduro”? No hablamos de mantener un trabajo (aunque eso ciertamente ayuda) o de pagar nuestras facturas a tiempo, sino más bien de la forma en que manejar nuestra vida, a nosotros mismo y nuestras relaciones.
Existen muchos tipos de habilidades emocionales. Al construir estas habilidades (como la regulación de las emociones, la empatía y la amabilidad, puedes aumentar más fácilmente tu felicidad y bienestar. Echa un vistazo a la variedad de habilidades emocionales a continuación para aprender cómo puedes construir estas habilidades y mejorar tu vida.
- Pensamiento y actitud positiva. Capacidad de ver lo bueno y lo malo, todo de una manera más positiva.
- Confianza en uno mismo. Tener una visión positiva de ti mismo y de tu propia autoestima.
- Resiliencia. Ser capaz de recuperarse rápidamente y prosperar ante las dificultades.
- Empatía. Ponerse en el lugar de otras personas y sentir lo que ellas sienten.
- Capacidad de ser agradecido. Estar agradecido por las personas, cosas y experiencias que tienes.
- Capacidad de reevaluación. Cambiar la forma en que te sientes sobre una situación cambiando la forma en que piensas sobre ella.
- Amabilidad. Tratar a la gente de todos los ámbitos de la vida con amabilidad.
- Autoexpresión. Mostrar y compartir tu verdadero y auténtico yo con los demás.
- Auto-empoderamiento. Tomar tus propias decisiones y vivir tu vida como te parezca.
- Asertividad. Comunicar sus necesidades de manera efectiva para que puedan ser satisfechas.
- Claridad emocional. Tener claro qué emociones estás sintiendo y por qué las estás sintiendo.
- Desarrollo personal. Ser capaz de progresar con éxito hacia su objetivo de mejorar.
Desarrollo de habilidades emocionales
Muchos de nuestros problemas diarios, en la vida o en el lugar de trabajo, son más fáciles de resolver cuando las personas involucradas tienen tienen una alta inteligencia emocional. A algunas personas les resulta más fácil que a otras pero siempre es positivo contar con nuestras habilidades emocionales desarrolladas.
Podemos mejorar nuestras habilidades emocionales a través de varias acciones, como son: la concienciación, la honestidad, el entrenamiento y el enfoque positivo.
Concienciación
Un beneficio importante de la construcción de las habilidades emocional es ser más consciente de tus emociones. El beneficio puede extenderse a otras áreas de tu vida, más allá de ayudarte a mejorar tu calidad de vida también puede hacerlo con las relaciones laborales. Puedes tener un diario personal donde documentes tus pensamientos y emociones en algún momento de tu día a día. Un diario ayuda a recordar lo que es importante.
Honestidad
Debemos ser honestos con nuestras emociones, sin exagerar, en cualquier ámbito de la vida. Hay que ser honestos sobre tener un mal día para que los demás sepan cuándo dejarlos en paz o mostrarles compasión. Debemos explicar por qué nos sentimos frustrados con los demás en una situación de grupo.
Cuando las personas se comunican honestamente, pueden comenzar a hablar sobre un problema y trabajar para encontrar una solución. Mentir o tergiversar los sentimientos de uno crea sentimientos negativos como la confusión y el resentimiento.
Entrenamiento
Algunos ya pueden ser emocionalmente inteligentes pero otros requerirán entrenamiento. Planifique un programa formal o personalizado para desarrollar habilidades clave de inteligencia emocional, como escuchar a las personas antes de ofrecerles consejos, mostrarles preocupación, empatizar con las necesidades de los demás y hacer comentarios y gestos socialmente apropiados en respuesta a las expresiones emocionales de los demás. Un programa tendrá más posibilidades de éxito cuando una persona quiera cambiar su forma de interactuar en situaciones sociales
Enfoque positivo
Es muy importante controlar nuestros impulsos, mantenernos positivos y manejar nuestras reacciones en situaciones cambiantes. Debemos manejarnos a nosotros mismos y a nuestras emociones. Construye un clima de positividad en tu vida. Usa una forma positiva de liderazgo y recompense a personas que muestren una actitud positiva.
Si la positividad es un requisito para cada situación, las personas que son constantemente negativas no pueden encontrar el éxito.