Todo el mundo experimenta pensamientos extraños o no deseados de vez en cuando. Sin embargo, los pensamientos obsesivos son mucho más persistentes y molestos que el desorden mental cotidiano.

Los pensamientos obsesivos pueden ir desde un poco de distracción hasta consumirte completamente. A menudo son inapropiados e intensos, lo que los hace incómodos para el individuo que los experimenta. Los pensamientos obsesivos suelen ir acompañados de una intensa ansiedad. Para hacer frente a esta ansiedad, las personas pueden adoptar una serie de habilidades de afrontamiento poco saludables, como apartarse de los demás, la agresión o los comportamientos compulsivos.

Aprender a reconocer y detener los pensamientos obsesivos puede ayudar a las personas a recuperar la confianza en sus vidas.

¿Qué son los pensamientos obsesivos?

Las personas experimentan entre 60.000 y 80.000 pensamientos al día. Con esta cifra tan asombrosa, es razonable experimentar algunos pensamientos extraños o no deseados. La mayoría de las personas pueden etiquetar rápidamente estos pensamientos obsesivos como extraños. Los reconocen, los descartan y siguen adelante con sus días.

De hecho, los pensamientos obsesivos no suelen ser el problema, son las reacciones adversas a ellos las que causan problemas. Cuando alguien no puede detener o controlar sus pensamientos, cuando se encuentra actuando con intensa angustia, los pensamientos obsesivos comienzan casi a crear una vida propia.

Los pensamientos obsesivos pueden surgir a partir de un evento específico, como un trauma. Por ejemplo, si alguien ha sufrido un abuso sexual, puede experimentar un miedo tremendo a que vuelva a ocurrir. Puede aferrarse a la creencia de que el mundo es inseguro y que no se puede confiar en la gente. Con el tiempo, estos pensamientos pueden volverse obsesivos. La persona puede evitar las citas o los entornos sociales.

Dicho esto, los pensamientos obsesivos también pueden surgir en cualquier otro momento. No es necesario que tengan una única causa. Los pensamientos obsesivos afectan a personas de todas las edades y grupos demográficos.

Tipos de pensamientos obsesivos

Cualquier pensamiento recurrente y angustioso puede convertirse en obsesivo. Sin embargo, los investigadores han clasificado los pensamientos obsesivos en algunos subtipos:

  • Pensamientos de daño. Pensamientos obsesivos relacionados con el daño a uno mismo o a los demás
  • Pensamientos de relación. Pensamientos obsesivos relacionados con las dudas, los temores o la compatibilidad dentro de una relación íntima
  • Pensamientos religiosos. Pensamientos obsesivos relacionados con la moral, la ética y la posible blasfemia dentro de un contexto religioso
  • Pensamientos sexuales. Pensamientos obsesivos relacionados con la orientación sexual o el comportamiento sexual desviado
  • Pensamientos de contaminación. Pensamientos obsesivos de estar contaminado por gérmenes u otros virus y enfermedades
  • Pensamientos de responsabilidad. Pensamientos obsesivos sobre si ciertas acciones o la falta de ellas repercuten directamente y causan un riesgo a los demás

Algunos de estos pensamientos pueden comenzar como una preocupación leve. Sin embargo, con el tiempo, pueden convertirse en una montaña rusa emocional que lo consume todo.

¿Cómo eliminar los pensamientos obsesivos?

Los pensamientos indeseados y angustiosos son una parte normal de la naturaleza humana. Pero cuando empezamos a tomarnos las obsesiones al pie de la letra o a tratarlas como algo perjudicial, los pensamientos obsesivos pueden provocar estrés y ansiedad. Para detener los pensamientos obsesivos, con o sin sus compulsiones asociadas, esto es lo que puede hacer.

Reconocer los patrones de estos pensamientos

El primer paso para evitar que los pensamientos obsesivos perturben su vida diaria es identificar los pensamientos. A menudo, cuando estás atrapado en un bucle cognitivo, estás participando en un hábito bien establecido. Al igual que morderse las uñas o comprobar el teléfono cada pocos minutos, las obsesiones y los comportamientos compulsivos suelen producirse de forma inconsciente. La próxima vez que te des cuenta de que estás rumiando, dite a ti mismo que pares.

Después de reconocer tus pensamientos negativos, intenta escribirlos. Anotar tus pensamientos en un papel puede ayudarte a examinarlos, a entender cómo se desencadenan y a identificar los verdaderos problemas que contribuyen a tus obsesiones.

Acepta que tus pensamientos están, en su mayoría, fuera de tu control

La única forma de enfrentarse a los pensamientos es practicar la aceptación. Intentar evitar, escapar o suprimir los pensamientos angustiosos acaba por reforzarlos, haciéndolos cada vez peores. En lugar de evitar tus pensamientos, recuérdate a ti mismo que los pensamientos son sólo pensamientos y nada más. A medida que aprendas a aceptar tus pensamientos intrusivos, tendrás muchas más posibilidades de detenerlos en seco.

Para practicar la aceptación de los pensamientos obsesivos, sitúate en el presente y sé realista sobre lo que tienes y lo que no tienes controlado.

Practica la meditación

Los pensamientos obsesivos suelen resultar incómodos y angustiosos debido a las emociones negativas que acompañan a los pensamientos intrusivos. El uso de técnicas de meditación y atención plena puede ayudarte a combatir las respuestas emocionales negativas y a practicar la autoconversación positiva.

Cuando reconozcas los pensamientos obsesivos, prueba a respirar profundamente contando hasta cuatro, manteniendo la respiración hasta cuatro y exhalando hasta cuatro. También los ejercicios de conexión a tierra pueden ayudarte a anclarte y a romper el ciclo de rumiación.

No tengas miedo de buscar ayuda profesional

Aunque el pensamiento obsesivo es una parte normal de la naturaleza humana, también puede ser un síntoma de varias enfermedades mentales, como el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC) y otros trastornos de ansiedad. Si te encuentras luchando con pensamientos intrusivos, comportamientos repetitivos o rituales compulsivos, o si necesitas ayuda adicional para controlar tus pensamientos obsesivos, no dudes en buscar apoyo profesional de salud mental.

Junto con su profesional de la salud mental, podrá establecer el plan más eficaz para tratar sus síntomas.