Tanto si eres un estudiante como un profesional, es importante que conozcas tu estilo de aprendizaje y cómo retienes la información para utilizarla en el futuro. Las habilidades metacognitivas ayudan a las personas a procesar y retener la información mediante el autorreconocimiento y la reflexión. Al investigar los diferentes tipos de habilidades metacognitivas y cómo mejorar las tuyas, puedes empezar a esforzarte por aprender y retener la información de una manera más eficaz.

En este artículo definimos las habilidades metacognitivas, repasamos por qué son importantes, damos algunos ejemplos de habilidades metacognitivas y hablamos de cómo puedes mejorar tus habilidades metacognitivas.

¿Qué son las habilidades metacognitivas?

Las habilidades metacognitivas te permiten organizar y evaluar tu proceso de pensamiento relacionado con el aprendizaje y la resolución de problemas. Otra forma de definir las habilidades metacognitivas es la conciencia de uno mismo respecto a la información que se conoce y la que no se conoce y cómo se trabaja para recordar o retener los conocimientos relativos a un tema concreto.

Las habilidades metacognitivas suelen empezar a desarrollarse durante la infancia y permiten a los individuos aprender diferentes materias escolares. Estas habilidades siguen creciendo y evolucionando a lo largo de la adolescencia y en la edad adulta, a medida que las personas pasan del ámbito educativo al profesional.

¿Cuáles son las actividades metacognitivas?

Las habilidades metacognitivas suelen encajar en tres categorías distintas del proceso de aprendizaje:

  • Planificación. La primera fase de la metacognición, la fase de planificación, pide a los individuos que se pregunten qué quieren aprender, qué conocimientos existentes pueden utilizar para ayudarles a aprender, en qué deben centrarse para aprender y qué plazo tienen para lograr la comprensión.
  • Seguimiento. La fase de seguimiento tiene lugar durante todo el proceso de aprendizaje. Durante esta fase, las personas se plantean preguntas relacionadas con el grado de retención de la información, con la conveniencia de ralentizar o acelerar el ritmo de aprendizaje en función de la dificultad del tema y con la necesidad de buscar orientación adicional que les ayude a aprender.
  • Evaluación. La fase de evaluación es la última fase del proceso metacognitivo. Durante esta fase, los individuos evalúan su capacidad de aprendizaje durante la fase de seguimiento. Se preguntan si lo que han aprendido podría ayudarles en otras áreas, determinan las áreas débiles en las que necesitan completar un trabajo adicional y reflexionan sobre lo que deberían haber hecho de forma diferente para maximizar su experiencia de aprendizaje.

Importancia de las habilidades metacognitivas

Las habilidades metacognitivas son importantes porque ayudan a las personas a comprender sus procesos de aprendizaje y cómo aprenden de forma eficaz. Además, las habilidades metacognitivas ayudan a las personas a aprender información rápidamente y a retenerla para su desarrollo educativo o profesional. Esto se debe a que comprenden los métodos que deben utilizar para educarse y superar las posibles barreras de aprendizaje.

Ejemplos de habilidades metacognitivas

Las habilidades metacognitivas engloban una amplia variedad de rasgos que permiten a los individuos aprender, identificar tareas, afrontar retos y evaluar su éxito. He aquí algunos ejemplos de habilidades metacognitivas:

  • Orientación a la tarea. La orientación a la tarea es la forma en que un individuo puede identificar sus responsabilidades y centrarse en una tarea para ayudar a lograr un objetivo o proyecto general.
  • Fijación de objetivos. La fijación de objetivos es la capacidad de un individuo para crear objetivos factibles de alcanzar en un plazo determinado. Este rasgo es especialmente importante para quienes desean mejorar sus habilidades metacognitivas. El establecimiento de metas anima a las personas a pensar en el futuro y a crear objetivos en los que centrarse antes, durante y después de las experiencias de aprendizaje.
  • Planificación y organización. La planificación y la organización pueden ayudarte a determinar lo que necesitas aprender y los métodos que necesitas para aprender eficazmente. Sus habilidades de planificación y organización le permiten crear una base sólida para aprender y retener la información.
  • Resolución de problemas. La resolución de problemas es una habilidad metacognitiva porque las personas deben ser capaces de revisar los posibles problemas de su entorno de aprendizaje, su capacidad de recordar información y sus conocimientos sobre una materia concreta. Después de determinar lo que necesitan mejorar, utilizan las habilidades de resolución de problemas para desarrollar soluciones como cambiar su entorno de aprendizaje, probar tácticas de recuerdo y completar el trabajo extra en un tema en particular.
  • Autoevaluación. La autoevaluación es una habilidad importante dentro del proceso metacognitivo. Te permite mirar hacia atrás en tu experiencia de aprendizaje o de realización de una tarea. También te ayuda a determinar tu capacidad para mantener la concentración. La autoevaluación te ayuda a cultivar un sentido más fuerte de tus fortalezas y debilidades cuando aprendes.
  • Autocorrección. La autocorrección se considera una habilidad metacognitiva porque te hace reflexionar sobre tu capacidad de aprendizaje y determinar posibles errores o áreas de mejora. De este modo, te aseguras de recordar lo que tienes que trabajar y de mantenerte atento a las correcciones necesarias en situaciones futuras.
  • Comprensión de lectura. La comprensión lectora se refiere al proceso por el cual las personas pueden leer e interpretar el significado de un texto. Tu capacidad para leer e interpretar un texto escrito se considera parte del proceso metacognitivo porque evalúas tu capacidad para comprender los significados mientras lees.
  • Concentración. La concentración se considera una habilidad metacognitiva porque hay que ser capaz de centrarse en la tarea actual. Sin embargo, la concentración también es importante para evaluar tu capacidad de aprender y retener información.